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jueves, 20 de mayo de 2010

¿2040 ó 2012?

No sé que expectativas habrá generado en usted el título de éste artículo pero no tiene nada que ver con la fecha del fin del mundo… o tal vez si.
Me explico un poco mejor; últimamente se suceden con rapidez pronósticos de todo tipo, algunos avalados científicamente y otros no tanto. Lo cierto es que tendemos a creer en los científicos y depositar mayor confianza en ellos, pero verdaderamente estamos viviendo tiempos muy cambiantes, lo que creíamos ayer hoy no tiene validez y viceversa. Es así como ya no sabemos qué pensar, en quién creer, hacia dónde dirigir nuestra fe. Los hombres fallan, las ideas mueren, el mundo cambia demasiado aún para las modernas generaciones que parecen habituadas a los movimientos veloces.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentó en Bali, una isla de Indonesia, un informe durante la XIIIª Conferencia de las Partes del Convenio de Cambio Climático que se desarrolló en diciembre de 2007 y en el cual no se logró que los Estados Unidos, el país más contaminante del mundo, se comprometiera a reducir la emisión de gases que causan el calentamiento global, a pesar de que 2007 fue el séptimo año más caluroso desde que se comenzó a llevar el registro, acompañando el hecho de que la década de 1998-2007 fue la más calurosa de la historia.
Desde principios del siglo XX, la temperatura promedio del planeta subió 0,74 , pero ese aumento no ha sido continuo sino que ha tenido una tendencia ascendente desde hace 50 años duplicando la del último siglo. El mayor calentamiento en el hemisferio norte incide de manera alarmante en el derretimiento del Ártico. En 2006, dos científicos calcularon que el hielo del Océano Ártico se derretía tan rápido que podría desaparecer para el verano de 2040. Tras revisar nuevos datos, Jay Zwally, climatólogo de la NASA, estimó que “a éste paso, la zona podría quedarse casi sin hielo para fin del verano de 2012”. Ahora usted entiende mejor el titular de éste artículo.
En su informe anual, la OMM destacó temperaturas récord como las dos olas de calor que afectaron el sudeste europeo en junio y julio de 2007, con máximas de 45 grados en Bulgaria, y como el pico de 40,9 grados en Japón en agosto, que fue récord nacional. En contraste el organismo recordó que América del Sur sufrió “un invierno inusualmente muy frío, que trajo vientos, tormentas de nieve y raras nevadas en varios lugares con temperaturas de hasta -22 grados en Argentina y -18 grados en Chile a comienzos de julio”. La nieve del 9 de julio en Buenos Aires todavía vive en el recuerdo de las miles de fotos que se tomaron ese día para recordar el “acontecimiento”.
El informe de la OMM recordó también que durante 2007 las inundaciones afectaron a muchos países africanos, como también a Bolivia, Uruguay, México, el sur de China e Indonesia. Fue también un año devastador en cuanto a las tormentas tropicales en el Atlántico: 14, cuando el promedio anual es de 12. “El número de desastres va a aumentar con el calentamiento, y es muy importante aplicar medidas de prevención para que la gente no muera como consecuencia de ellos”, concluyó Michel Jarraud, secretario general del organismo.
Preocupante informe, ¿verdad? Habría que estar MUY dormido para no darse cuenta lo que nos están diciendo ¿no? Sin embargo, muy pocos entienden que estos anuncios son serios, MUY SERIOS.
Si los hielos que son un fabuloso reservorio de agua dulce, se derriten y se mezclan con el agua de mar que es salada, además de incrementar el nivel de éstas causarán más y mayores cambios climáticos en una suerte de retroalimentación hacia el desastre final. No pasa un día sin que nos enteremos de que todo esto está ocurriendo ahora. ¿Será el 2012 el año del derretimiento total, o nos dirán próximamente que esa fecha también fue acortada?
“La tempestad se avecina y debemos prepararnos para afrontar su furia mediante el arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesucristo. El Señor se levantará para sacudir terriblemente la tierra. Veremos desgracias por todas partes.”
“En las escenas finales de la historia de esta tierra, la guerra prevalecerá. Habrá epidemias, mortandad y hambre. Las aguas del abismo rebasarán sus límites. Incendios e inundaciones destruirán la propiedad y la vida. Debiéramos estar alistándonos para las mansiones que Cristo ha ido a preparar para los que le aman.” (Ellen G. de White, Eventos de los Últimos Días, pág. 24)


El tiempo nunca nos perteneció, hoy menos que nunca antes vemos que la cuenta regresiva está llegando a cero. Nuestra responsabilidad está siendo probada, ¿estamos llenando nuestras lámparas con aceite? NO JUEGUE con su vida. ¡Prepárese! Jesús ya viene.
Escrito por:
Lic. Daniel V. Cúccaro

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