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jueves, 22 de octubre de 2009

Anglicanos entran en masa en la Iglesia Católica en Inglaterra

21-10-09


Se crearán ordinariatos personales y conservarán sus tradiciones anglicanas
La Iglesia católica acepta la adhesión de numerosos fieles anglicanos

CIUDAD DEL VATICANO, martes 20 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- La Santa Sede anunció este martes en una rueda de prensa la pronta publicación de una constitución apostólica de Benedicto XVI con la que la Iglesia católica acepta la petición de numerosos obispos, sacerdotes y fieles anglicanos de entrar en comunión plena y visible.

Esta disposición responde a la solicitud de adhesión de un gran número de anglicanos (se informó que son "entre 20 y 30 obispos" anglicanos han pedido la entrada a la Iglesia católica), que se encontraban insatisfechos con algunas modificaciones que se han realizado dentro de esta Comunión, entre ellas la ordenación de mujeres en el sacerdocio y el episcopado, la ordenación de clérigos que llevan una vida de convivencia homosexual, y la bendición de parejas del mismo sexo.


Nueva estructura


En el encuentro con los periodistas, que tuvo lugar en la Sala de Prensa de la Santa Sede, el cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, explicó las razones de esta medida por parte de la Iglesia católica.


"Los anglicanos que se han puesto en contacto con la Santa Sede han expresado claramente su deseo, de cara a una plena y visible comunión en la Iglesia, una, santa católica y apostólica. Al mismo tiempo, nos han hablado de la importancia de sus tradiciones anglicanas, que tienen que ver con la espiritualidad y el culto, para su propio camino de fe", aclaró el purpurado."


Cuando se publique la constitución apostólica, en la rueda de prensa se anunció para "los próximos días", el Papa introducirá "una estructura canónica que provee a una reunión corporativa a través de la institución de ordinariatos personales, que permitirán a los fieles ex anglicanos entrar en la plena comunión con la Iglesia católica, conservando al mismo tiempo elementos del especifico patrimonio espiritual y litúrgico anglicano".


La figura de los ordinariatos personales, que no dependen de las diócesis, recuerda a la figura de la "prelatura personal" (la única que existe es el Opus Dei), o a los vicariatos castrenses, (diócesis sin territorio en la que un obispo representa la autoridad eclesiástica para los militares o fuerzas del orden católicos y sus familias, independientemente de donde se encuentren).


La constitución apostólica determina que el ordinario, el superior, "pueda ser o un sacerdote o un obispo no casado" (los obispos anglicanos que tocan a las puertas de la Iglesia católica en general están casados).

Los ex anglicanos que quieran adherirse plenamente a la Iglesia, formarán parte de esta estructura canónica, que contará con su proprio obispo, sus propios sacerdotes, seminaristas y fieles.


¿Sacerdotes casados?


Dentro de las adaptaciones a la tradición anglicana, la nueva constitución permitirá a los pastores anglicanos casados que pasen a ser presbíteros dentro de la Iglesia católica junto con su esposa y su familia.


Esta excepción ya se había permitido desde 1994 cuando, tras la primera ordenación de mujeres en la Iglesia Anglicana, varios sacerdotes de esta confesión pidieron su adhesión a la Iglesia católica conservando su estado clerical, que les fue concedida de manera individual.


Por su parte, los obispos casados anglicanos serán recibidos en la Iglesia católica, pero en calidad de presbíteros. Esta medida se da, según el cardenal Levada por "razones históricas y ecuménicas", pues tradicionalmente el ministerio episcopal está ligado al celibato.


El cardenal no fue explícito, pero según la costumbre los pastores anglicanos recibidos en el seno de la Iglesia como sacerdotes reciben la ordenación sacerdotal de manos de un obispo católico.
Dado que esto implicará el que estos antiguos pastores anglicanos al entrar en la Iglesia católica se convertirán en sacerdotes católicos casados, algunos periodistas preguntaron al cardenal Levada si esta medida no creará confusión en la Iglesia católica de rito latino, donde el sacerdocio está ligado al celibato.


El purpurado estadounidense aclaró que la nueva estructura canónica permite esta excepción, debida a la fe sincera de estos fieles de origen anglicano, pero consideró que si se explica bien, será bien comprendida por todos los fieles de la Iglesia.


[Por Carmen Elena Villa)



Arzobispo de Canterbury: el paso dado hoy es fruto del ecumenismo
Muestra su acuerdo con la solución adoptada por la Santa Sede


LONDRES, martes 20 de octubre de 2009 (ZENIT.org) El arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra, Rowan Williams, se mostró partidario de la creación de una estructura canónica particular dirigida a los anglicanos que quieran adherirse a la fe católica.


Así lo expresó en una declaración conjunta con el arzobispo católico de Westminster, Vincent Gerard Nichols, dada a conocer de manera simultánea en Londres y en el Vaticano, al anunciarse la próxima publicación de una Constitución Apostólica, para la creación de un “Ordinariato Personal”, que permitirá a los miembros de la Iglesia anglicana que lo deseen, entrar en plena comunión con la Iglesia Católica, preservando algunos elementos del patrimonio y la liturgia de la tradición anglicana.
Según la declaración, este anuncio pone fin “a un periodo de incertidumbre para muchos grupos que nutrían esperanzas de nuevas formas de abrazar la unidad con la Iglesia Católica”.


“La constitución es también un reconocimiento de la sustancial convergencia en la fe, doctrina y espiritualidad entre la Iglesia católica y la tradición anglicana”, indican ambos prelados.


"Sin los diálogos de los pasados 40 años este reconocimiento no habría sido posible ni tampoco se habría nutrido la esperanza de una plena y visible comunión”, añaden.


En este sentido, prosigue el comunicado, “la Constitución Apostólica es una de las consecuencias del diálogo ecuménico entre la Iglesia Católica y la Comunión Anglicana”.


“El actual diálogo oficial entre la Iglesia Católica y la Comunión Anglicana es la base para nuestra cooperación. Con la gracia de Dios y la oración estamos decididos a que nuestro permanente compromiso mutuo y la consulta sobre estos asuntos y otros siga fortaleciéndose”.


“Esta estrecha cooperación continuará a medida que crecemos juntos en unidad y misión, en el testimonio del Evangelio en nuestro país, y en la Iglesia en general”, concluye el comunicado.
Nota vaticana sobre los anglicanos que entran en la Iglesia católica


Se anuncia al constitución apostólica que creará ordinariatos personales para ellos

CIUDAD DEL VATICANO, martes 20 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la nota informativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los ordinariatos personales para anglicanos que entran en la Iglesia católica.


Con la preparación de una constitución apostólica, la Iglesia católica está respondiendo a las numerosas peticiones que han sido presentadas a la Santa Sede por parte de grupos de clérigos y fieles anglicanos en distintas partes del mundo que desean entrar en comunión visible plena.


En esta constitución apostólica el Santo Padre ha introducido una estructura canónica que provee para dicha reunión corporativa, a través de la institución de ordinariatos personales que permitirán a los antiguos anglicanos entrar en comunión plena con la Iglesia católica preservando elementos del distintivo patrimonio espiritual y litúrgico anglicano. Según el tenor de la constitución apostólica, la atención y la guía pastoral para estos grupos de fieles antiguos anglicanos será asegurada por un ordinariato personal, cuyo ordinario será habitualmente nombrado por el clero ex anglicano
La constitución apostólica que pronto será publicada ofrece una respuesta razonable y necesaria para un fenómeno mundial, presentando un modelo canónico único para la Iglesia universal, adaptable a las distintas situaciones locales y equitativo para los antiguos anglicanos en su aplicación universal.

Razones históricas y ecuménicas excluyen la ordenación de hombres casados como obispos, tanto en la Iglesia católica como en las Iglesia ortodoxa. La constitución, por este motivo, estipula que el ordinario puede ser tanto un sacerdote como un obispo no casado. Los seminaristas del ordinariato deberán formarse junto con otros seminaristas católicos, aunque el ordinariato puede establecer una casa de formación para tratar las necesidades particulares de formación en el patrimonio anglicano. De esta manera, la constitución apostólica busca balancear, por un lado, la preocupación por preservar el valioso patrimonio litúrgico y espiritual anglicano y, por otro lado, la preocupación de que estos grupos y su clero sean integrados en la Iglesia católica.


El cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ha preparado esta provisión, ha explicado: "Hemos tratado de satisfacer las peticiones de comunión plena que nos han llegado de parte de anglicanos en distintas partes del mundo en los últimos años de una manera unitaria y equitativa. Con esta propuesta, la Iglesia quiere responder a las legítimas aspiraciones de estos grupos anglicanos para la unidad plena y visible con el obispo de Roma, sucesor de San Pedro".


Estos ordinariatos personales serán instituidos, según las necesidades, consultando a las conferencias episcopales locales, y su estructura será similar en algunos aspectos a la de los ordinariatos militares que han sido establecidos en la mayoría de los países para atender al cuidado pastoral de los miembros de las fuerzas armadas y sus familias en todo el mundo. "Aquellos anglicanos que se han acercado a la Santa Sede han dejado claro su deseo de unidad plena y visible en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Al mismo tiempo, nos han informado de la importancia de sus tradiciones anglicanas de espiritualidad y culto para su camino de fe", ha aclarado el cardenal Levada.


La provisión de esta nueva estructura está en línea con el compromiso del diálogo ecuménico, que continúa siendo una prioridad para la Iglesia católica, particularmente a través de los esfuerzos del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. "La iniciativa procede de diferentes grupos de anglicanos", continuó Levada. "Han declarado que comparten la fe católica común expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica, y que aceptan el ministerio petrino como algo que Cristo quiso para la Iglesia. Para ellos, ha llegado el tiempo de expresar esta unidad implícita en la forma visible de la comunión plena".


Según el cardenal Levada: "El Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, espera que los clérigos y fieles anglicanos que deseen la unión con la Iglesia católica encuentren en esta estructura canónica la oportunidad de preservar aquellas tradiciones anglicanas que para ellos son preciosas y que están en conformidad con la fe católica. En la medida en que estas tradiciones expresan en un modo distintivo la fe común, son un don para ser compartido en toda la Iglesia. La unidad de la Iglesia no requiere una uniformidad que ignora la diversidad cultural, como queda demostrado por la historia de la cristiandad. Más aún, las muchas tradiciones presentes en la Iglesia católica hoy tienen todas sus raíces en el principio articulado por san Pablo en su Carta a los Efesios: "Un solo Señor, una sola fe, un solo Bautismo" (4, 5). Nuestra comunión es, así, fortalecida por esta legítima diversidad, y por eso estamos felices de que estos hombres y mujeres traigan con ellos sus contribuciones particulares a nuestra común vida de fe".


Información de contexto


Desde el siglo XVI, cuando el rey Enrique VIII declaró la independencia de la Iglesia de Inglaterra de la autoridad del Papa, la Iglesia de Inglaterra creó sus propias confesiones doctrinales, usos litúrgicos y prácticas pastorales, incorporando con frecuencia ideas de la Reforma, acaecida en el continente europeo. La expansión del Reino Británico, unida al apostolado misionero anglicano, llevó al nacimiento de una Comunión Anglicana a nivel mundial.


En el curso de los más de 450 años de su historia, la cuestión de la reunión entre anglicanos y católicos nunca ha sido descartada. En la mitad del siglo XIX, el Movimiento de Oxford (en Inglaterra) mostró un nuevo interés por los aspectos católicos del anglicanismo. Al inicio del siglo XX, el cardenal Mercier, de Bélgica, emprendió coloquios públicos con anglicanos con el objetivo de explorar la posibilidad de una unión con la Iglesia católica bajo la bandera de una anglicanismo "reunido pero no absorbido".


El Concilio Vaticano II alimentó aún más la esperanza de una unión, en particular con el Decreto sobre el ecumenismo (n. 13), que al hacer referencia a las comunidades separadas de la Iglesia católica en el tiempo de la reforma, confirmaba: "Entre éstas [comuniones] en las que siguen subsistiendo en parte las tradiciones y las estructuras católicas, ocupa un lugar especial la Comunión Anglicana".


Desde el Concilio, las relaciones entre anglicanos y católicos romanos han mejorado el clima de comprensión y mutua cooperación. La Comisión Internacional Anglicano Católica (ARCIC) ha redactado una serie de declaraciones doctrinales a lo largo de los años, con la esperanza de crear el fundamento para una unión plena y visible. Para muchos de los que pertenecen a las dos Comuniones, las declaraciones de la ARCIC han puesto a disposición un instrumento en el que la común expresión de la fe pueda ser reconocida. En este contexto debe enmarcarse la nueva disposición.


En los años sucesivos al Concilio, algunos anglicanos han abandonado la tradición de conferir las órdenes sagradas sólo a los hombres, llamando al presbiterado y al episcopado también a mujeres. Más recientemente, algunos segmentos de la Comunión Anglicana se han alejado de la enseñanza común bíblica sobre la sexualidad humana, expresada claramente en el documento de la ARCIC "Vida en Cristo", confiriendo las órdenes sagradas a clérigos abiertamente homosexuales y bendiciendo las uniones entre personas del mismo sexo. Mientras la Comunión Anglicana tiene que afrontar estos desafíos nuevos y difíciles, la Iglesia católica sigue plenamente comprometida en su diálogo ecuménico con la Comunión Anglicana, en particular a través de la actividad del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.


Mientras tanto, muchos anglicanos han entrado individualmente en la comunión plena con la Iglesia católica. En ocasiones, han entrado también grupos de anglicanos, conservando una cierta estructura "corporativa". Esto ha sucedido, por ejemplo, en el caso de la diócesis anglicana de Amritsar en la India y de algunas parroquias en los Estados Unidos que, si bien mantienen una identidad anglicana, han entrado en la Iglesia católica en el marco de una "medida pastoral" adoptada por la Congregación para la Doctrina de la Fe y aprobada por Juan Pablo II en 1982. En estos casos, la Iglesia católica ha dispensado con frecuencia del requisito del celibato, admitiendo que los clérigos anglicanos casados que desean continuar el servicio ministerial como sacerdotes católicos sean ordenados en la Iglesia católica.


En este contexto, los ordinariatos personales instituidos según la susodicha constitución apostólica pueden ser vistos como un paso más hacia la realización de la aspiración por la unión plena y visible en la única Iglesia, que es uno de los objetivos principales del movimiento ecuménico.


[Traducción de Jesús Colina]


Tomado de: Aragón liberal

martes, 13 de octubre de 2009

Benedicto XVI visitará la sinagoga de Roma el 17 de enero

Con ocasión de la 21 jornada de reflexión judeocristiana.

El encuentro que presidirá el Papa, por tanto, tratará sobre los Diez Mandamientos, y concretamente sobre el cuarto mandamiento (según la numeración hebrea): “Acuérdate del día del Sábado para santificarlo”.

CIUDAD DEL VATICANO, martes 13 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI visitará la Sinagoga de Roma el próximo 17 de enero de 2010, con ocasión de la 21 jornada de diálogo judeocristiano. Así lo ha dado a conocer hoy la Santa Sede en un breve comunicado.

Esta visita, prevista en principio para este otoño (cfr Zenit, 13 de marzo de 2009), se ha trasladado al 17 de enero, día que coincide también con la celebración judía del Mo’èd de Plomo, una fiesta específica de los judíos de Roma.

Se trata de la conmemoración de un milagro que tuvo lugar en 1793, en el mes judío de Shevat (enero), cuando un incendio, seguramente provocado, prendió las puertas del ghetto judío de Roma. De repente el cielo se oscureció “como el plomo” (de ahí el nombre de la fiesta) y comenzó una lluvia torrencial que extinguió las llamas, salvando la vida de los habitantes.

Ese día se recuerda en la Sinagoga de Roma con oraciones por la mañana y la tarde, y por la noche el templo se ilumina completamente como signo de fiesta.

La fiesta del Mo’èd de Plomo coincide este año con otro acontecimiento importante, y es la reanudación de las Jornadas de Reflexión Judeocristiana, que cada año suelen celebrarse el día antes de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (18-27 de enero).

Estas Jornadas se interrumpieron el año pasado, por parte de los representantes judíos, como signo de protesta por el permiso concedido por el Papa de utilizar la fórmula, aunque modificada, del Oremus et pro Iudaeis para el rito tridentino.

Precisamente, el pasado 24 de septiembre, coincidiendo casi con el Yom Kippur (Día del perdón), el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, y los rabinos Giuseppe Laras, presidente de la Asamblea Rabínica Italiana, y Riccardo Di Segni, rabino jefe de la comunidad judía de Roma, anunciaban la reanudación de estas jornadas.

El encuentro que presidirá el Papa, por tanto, tratará sobre los Diez Mandamientos, y concretamente sobre el cuarto mandamiento (según la numeración hebrea): “Acuérdate del día del Sábado para santificarlo”.

[Por Inma Álvarez]

jueves, 8 de octubre de 2009

El Papa recibió a Mahmoud Abbas en el Vaticano

FOTO
El Papa recibió a Mahmoud Abbas en el Vaticano Foto: Reuters

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI recibió al presidente palestino Mahmoud Abbas en el Vaticano, con quien habló, entre otras cuestiones, sobre su encuentro del 22 de septiembre con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

El Papa se reunió con Abbas en la Santa Sede, con quien mantuvo durante 15 minutos un encuentro privado en la biblioteca papal.

Durante la reunión, Abbas le obsequió a Benedicto XVI una imagen de la Ciudad Vieja de Jerusalén con la leyenda ``Jerusalén, capital de cultura árabe´´, en inglés y árabe. Por su parte, el Papa le entregó a Abbas un bajorrelieve con la imagen de la Plaza de San Pedro.

El Pontífice abogó por una "salida justa y duradera" para el conflicto en Medio Oriente. "Se ha abierto el diálogo sobre la situación en Medio Oriente y en particular sobre la necesidad de encontrar una solución justa y duradera al conflicto israelo-palestino que reconozca y respete los derechos de todos", subrayó el Vaticano en una nota divulgada al término del encuentro.

El Papa y Abbas hablaron también sobre "la importancia de la cooperación y el respeto mutuo entre las partes, así como del apoyo de la comunidad internacional" para encontrar una solución al conflicto, subrayó la nota.

Benedicto XVI se ha pronunciado en varias ocasiones a favor de la paz en Medio Oriente y en mayo pasado realizó un viaje a esa región que lo condujo a Jordania, Israel y Cisjordania, durante el cual defendió con fuerza la creación de un Estado palestino y reclamó en numerosas ocasiones la reconciliación entre palestinos e israelíes.

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