A apenas 24 horas de que líderes de todo el mundo se reúnan hoy en Washington en la Cumbre Nuclear Internacional organizada por Barack Obama, un nuevo choque diplomático entre Irán y EE. UU. amenazó ayer con dar al traste con una reunión que pretende pasar a la historia como el verdadero punto de inflexión en materia nuclear.
En total, 47 naciones estarán representadas en esta cumbre, que supone la reunión internacional más importante liderada por EE. UU. desde la fundación de la ONU en 1945.
Por parte española acude el presidente Zapatero.
Ayer, helicópteros y fuerzas especiales del Ejército comenzaron a vigilar la capital estadounidense ante la llegada de los primeros dignatarios, que trataran de sentar las pautas para un nuevo orden nuclear internacional. No será una misión fácil. Por una parte, la reunión de Washington viene precedida de un importante acuerdo entre Rusia y EE.?UU., la revisión de las políticas nucleares estadounidenses y la promesa de la comunidad internacional de reforzar el Tratado de No proliferación Nuclear.
Evitar que estos materiales caigan en las manos equivocadas es el objetivo de la Casa Blanca, que en lo próximos días tratará de arrancar un compromiso a todas las naciones para que establezcan «casas seguras» de almacenamiento nuclear.
En total se calcula que en el mundo existe suficiente material nuclear para crear 120.000 bombas atómicas. Según fuentes del Departamento de Defensa, en los últimos 15 años Al Qaida ha tratado sin éxito de hacerse con parte de este material para crear una bomba atómica.
Pero más allá de la amenaza terrorista, la cita de hoy supone además una nueva prueba a las habilidades diplomáticas de Obama.
Esta misión se presenta especialmente delicada en el caso de Irán, cuya intención de utilizar energía nuclear con fines civiles ha levantado siempre sospechas en la comunidad internacional. Aún así, y según aseguró ayer el secretario de Defensa, Robert Gates, la república islámica «no tiene en estos momentos capacidad para crear una bomba atómica», si bien el responsable del Pentágono cree que el país «avanza en esa dirección».
Por su parte, Irán afirmó ayer que piensa presentar una queja ante la ONU por lo que considera una amenaza nuclear del presidente Barack Obama contra su país al decir que solo utilizará bombas atómicas contra aquellas potencias nucleares que no hayan suscrito el tratado de no proliferación, lo que incluye a naciones como Irán y Corea del Norte, que no asistirán a la cumbre.
Tratado de desarme Nuclear entre Rusia y EE.UU
La prensa opina | 08.04.2010
El desarme nuclear hará el mundo un poco más seguro
El diario español El País, escribe: "El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sigue dando pasos para abordar la próxima revisión del Tratado de No Proliferación (TNP) con alguna posibilidad de éxito. En vísperas de viajar a Praga para firmar el nuevo acuerdo de desarme con Rusia, ha hecho pública la redefinición de la doctrina nuclear norteamericana. (…) En líneas generales, la nueva estrategia de EE UU se propone consolidar la frontera entre el uso de fuerzas convencionales y la escalada nuclear, difuminada por el presidente Bush al contemplar la posibilidad de una respuesta atómica a ataques de otra naturaleza, como los químicos y los biológicos. Mientras ha estado vigente, la doctrina ahora revisada no ha aumentado la disuasión, sino la proliferación, al mismo tiempo que ha deteriorado los instrumentos que, como el TNP, siguen siendo imprescindibles para acotar primero, y reducir después, un riesgo que se ignoró tras la guerra fría y que el programa nuclear iraní ha vuelto a situar en el primer plano".
Presión sobre Irán y Corea del Norte
Por su parte el rotativo holandés, De Volkskrant, comenta: "El presidente Obama puede argumentar que su decisión a favor de una nueva era con menos armas atómicas aumenta la presión sobre países como Corea del Norte e Irán, y con ello respalda un frente internacional contra estos países. También el nuevo tratado sobre la reducción de armas nucleares estratégicas, que firmarán Obama y su homólogo ruso Medvedev en Praga, puede verse bajo esta luz. Entre más reduzcan las potencias atómicas su arsenal atómico, se podrá exhortar de manera más convincente a un país como Irán a que limite sus ambiciones nucleares. Es una tarea urgente, pues en juego está el enfrentar el peligro nuclear en el Cercano Oriente. Una bomba iraní es mucho más peligrosa que cientos de ojivas atómicas en Wyoming o en los Urales".
Sólo una visión
El diario vienés Die Presse, escribe: "El tratado de Praga puede ser un paso más para materializar la visión de Obama a favor un mundo libre de armas atómicas. Puede también ser un esfuerzo que impulse el desarme y las medidas de control de armamento nuclear. Sin embargo la visión de Obama seguirá siendo eso. El mundo no dejará de contar con armas atómicas durante la vida de Obama ni la de sus hijos. Eso viendo las cosas con realismo, no con pesimismo, desafortunadamente. No por ello deja de ser positivo que Obama se mantenga firme en la realización de su visión. Por lo menos con ello hace el mundo un poquito menos inseguro".
Un nuevo orden mundial
El periódico húngaro, Nepszabadsag, señala: "Estados Unidos y Rusia poseen un 95 por ciento de las armas nucleares existentes en el mundo. El Tratado START es el resultado de la convicción de que el siglo XXI necesita un nuevo orden mundial. Uno en el que las grandes potencias no sólo puedan meter en cintura a quienes desde su punto de vista amenacen con prender el mundo en llamas, sino uno en el que ellas mismas hagan algo en contra de la carrera armamentista. Como resultado de este tratado les resultará más fácil cerrar filas y forjar coaliciones cuando se vean amenazadas por terroristas o por Estados irresponsables que, como Irán, hacen ruido de sables amenazando con armas nucleares".
EU/dpa
Editor: Pablo Kummetz
http://www.dw-world.de/dw/article/0,,5442959,00.html
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