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domingo, 6 de abril de 2008

02-Culto a la madre e hijo (3/3)

Por ejemplo, María es frecuentemente llamada la Madonna. Este título no tiene absolutamente nada que ver con María, la madre de Jesús. En cambio, esta expresión es la traducción de uno de los títulos por los cuales la diosa babilónica era conocida, y Nimrod vino a ser conocido como Baal. El título de su esposa, la divinidad femenina, sería el equivalente a Baalti. En castellano esta palabra equivale a mi Señora; en latín, Mea Domina, y en italiano, en una forma bien conocida, es Madonna.[13]

Entre los fenicios, la madre-diosa era conocida como Nuestra Señora de los Mares,[14] y aún este título se aplica a María a pesar de que no hay absolutamente ninguna conexión entre María y el mar en los evangelios.

Las Escrituras claramente indican que sólo hay un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (l Tim. 2: 5). A pesar de esto, el catolicismo romano enseña que María también es mediadora, y es por esto que las oraciones a ella forman una parte muy importante en el culto católico. ¿Pero cómo fue que María vino a ser conocida como mediadora? Nuevamente tenemos la influencia del paganismo, pues la madre-diosa de Babilonia tenía nombres como Mylitta, que significa la mediadora. Y así esto también pasó a la iglesia apóstata, la cual hasta hoy en día habla de María como mediadora.

Otro título que proviene del paganismo y fue aplicado a María es el de reina del cielo. En ningún lugar del Nuevo Testamento se dice que María la madre de Jesús sea o tuviera que ser nombrada reina del cielo; pero este título lo poseía la diosa-madre pagana que era adorada siglos antes de que María siquiera hubiera nacido. Sí, hacía mucho tiempo, en los días de Jeremías, que el pueblo adoraba a la “reina del cielo” y practicaba ritos que eran sagrados para ella. Como podemos leer en Jeremías 7: 18-20, «Los hijos recogen la leña y los padres encienden el fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina del cielo». Y en este contexto, es interesante notar que actualmente las mujeres de Paphos (Cipre), hacen ofrendas a la virgen María, como reina del cielo, en las ruinas del antiguo templo de Astarté.[15]

Como hemos visto, el nombre de la diosa-madre en Egipto era Isis y su hijo Horus (Osiris). Pues bien, uno de los títulos por los cuales Isis era conocida también, era el de madre de dios. Más tarde este título fue aplicado a María por los teólogos de Alejandría.[16] Nuevamente este era un intento obvio para hacer aparentar a la cristiandad semejante al viejo paganismo con la adoración a su diosa. Bien sabemos que María era la madre de Jesús, pero solamente en el sentido de su naturaleza humana. El título católico y el significado original de éste trascendieron y pusieron a la sencilla y humilde madre del Señor en una posición exaltada ajena al Nuevo Testamento. Y en la misma forma se sigue instruyendo a los católicos actualmente.

El culto a Isis no fue limitado a Egipto. Se introdujo en Roma en el año 80 a.C. cuando Sulla fundó un colegio isiaco allí. Y para mostrar hasta qué punto estaba mezclado el paganismo con la “cristiandad” romana, necesitamos solamente mencionar el hecho de que Isis era adorada en un templo «que estaba situado en las colinas vaticanas, donde hoy está localizada la Basílica de san Pedro, el centro de la Iglesia que adora a la madre de dios en aquella forma».[17]

Aquí encontramos que los títulos reina del cielo, nuestra señora de los mares, mediadora, madonna, madre de dios y otros más –que antes se atribuían a la diosa-madre pagana– fueron poco a poco aplicados a María. Tales títulos indican claramente que el supuesto culto a María de hoy es en realidad una continuación del culto a la diosa pagana. Pero existen todavía más pruebas que se pueden observar en la forma en que se representa a María en el arte de la iglesia apóstata.

Tan bien fijada en la mente pagana estaba la imagen de la diosa-madre con el niño en los brazos, que cuando los días de la apostasía llegaron, «la antigua estampa de Isis y de Horus fue finalmente aceptada, no solamente entre la opinión popular, sino por su sanción episcopal, como el retrato de la virgen y su hijo». Se adjuntaron representaciones de Isis y su hijo en un marco de flores. Esta práctica también fue aplicada a María, quien casi siempre es mostrada en la misma forma, como bien lo saben los estudiantes del arte medieval.

La diosa egipcia Isis era frecuentemente representada de pie en la luna creciente con doce estrellas alrededor de su cabeza.[18] Incluso esto fue adoptado para María, pues en casi todas las iglesias católicas romanas del continente europeo, se pueden ver cuadros de María en la misma forma. La ilustración que e acompaña (impresa tal como está en el Catecismo Oficial de Baltimore, EE UU), ¡muestra a María con las doce estrellas alrededor de su cabeza y la Luna creciente bajo sus pies!

Para satisfacer las mentes supersticiosas de los gentiles, líderes de la iglesia apóstata trataron de hacer a María similar a la diosa del paganismo y exaltarla a una superficie divina, para competir con la madre-pagana. Y de igual manera se hicieron estatuas de María –a pesar de que las Sagradas Escrituras prohíben tal práctica. En algunos casos, las mismas estatuas que habían sido veneradas como Isis (con su hijo), fueron simplemente cambiadas de nombre y se dieron a conocer como María y su hijo Cristo, de modo que continuara el antiguo culto. «Cuando el cristianismo triunfó –dice un autor–, estas pinturas y figuras se convirtieron en la Madonna y su hijo, sin interrupción alguna: ningún arqueólogo podría actualmente asegurar si alguno de esos objetos representa a la una o a la otra».[19]

Todo esto demuestra a qué grado se han rebajado los líderes apostatas para tratar de unir el paganismo con el cristianismo. La mayoría de esas figuras con distintos nombres han sido adornadas con joyas en la misma forma en que lo están las imágenes de las vírgenes hindú y egipcia.

María, la madre de Jesús, no era rica; al contrario, era pobre. Entonces, ¿de dónde vinieron las joyas y coronas que se ven en las supuestas estatuas de ella? Obviamente, tales representaciones no son cristianas; son de origen anterior al cristianismo.
Y así, por compromisos unos muy evidentes y otros más disimulados, el culto a la antigua madre de los paganos fue continuado dentro de la iglesia de la apostasía con el nombre de María, a quien se sustituyó en lugar de la otra. Y este cambio ha venido engañando al mundo entero.

Bibliografía:
[13] Las dos Babilonias, pág. 20.
[14] Diccionario Bíblico Harper, pág. 47.
[15] El paganismo en nuestra cristiandad (The Paganism in our Christinanity), pág. 133.
[16] El paganismo en nuestra cristiandad, pág. 130.
[17] El hombre y sus dioses (Man and his Gods), pág. 216.
[18] Egipto de Kenrick. Vol. 1, pág. 245; Isis Descubierta, pág. 49.
[19] El paganismo en nuestra cristiandad, pág. 129.

Recomendamos:
02-Culto a la madre e hijo (1/3).
02-Culto a la madre e hijo (2/3).
02-Culto a la madre e hijo (3/3).


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