Las
grandes compañías de refrescos carbonatados elaboran campañas engañosas
para promover el consumo de la marca, sin advertir de los riesgos que
esas bebidas causan a la salud, asegura un estudio publicado en «PLoS Medicine», elaborado por expertos en medios de comunicación y en Salud de las universidades Berkeley y Boston.
Según
el documento «los defensores de la salud pública necesitan organizar
fuertes campañas para informar a los consumidores, y a los políticos,
sobre los peligros de las bebidas azucaradas, y sobre las campañas engañosas de la industria corporativa, que enmascara los riesgos para la salud».
Los expertos examinaron las campañas de marcas líderes de la industria -PepsiCo y Coca-Cola- que crean campañas multinacionales elaboradas y costosas.
Los
autores afirman que, «aunque las compañías de refrescos no se enfrentan
al nivel de estigmatización social al que se enfrentan las grandes
tabaqueras, la preocupación por el efecto perjudicial de los refrescos y
la epidemia de obesidad, está creciendo».
«Aumentar las ventas»
En
respuesta a las preocupaciones de la salud acerca de sus productos, las
compañías de refrescos han puesto en marcha iniciativas integrales
parecidas a las de las tabaqueras, centrándose en la responsabilidad de los consumidores para reforzar el consumo de sus productos, y evitar la regulación.
Estas
campañas, sin embargo, a diferencia de las campañas de responsabilidad
social del tabaco, se dirigen expresamente a los jóvenes, y su objetivo es aumentar las ventas.
Según
los autores, las campañas de las compañías de refrescos, que incluyen
la construcción y mejora de parques para los jóvenes, centran la
atención en la actividad física,
en lugar de en el consumo de alimentos y bebidas poco saludables estas
tácticas redirigen la responsabilidad hacia los consumidores.
Los
autores afirman que la investigación emergente sobre la adicción al
azúcar, especialmente cuando se combina con las propiedades de conocidos
aditivos, como la cafeína, que se encuentran en muchas bebidas
azucaradas, debe aumentar la conciencia de la amenaza de estos productos
para salud pública.
Los
investigadores concluyen que «los defensores de la salud pública deben
seguir vigilando las actividades de promoción de las compañías de
bebidas gaseosas, y recordar al público y los políticos que, al igual
que las grandes tabacaleras, la industria de bebidas gaseosas tiene como
objetivo posicionar sus productos como algo socialmente aceptable, y no
perjudicial».
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