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miércoles, 3 de marzo de 2010

El Cardenal Kasper propone redactar un «catecismo ecuménico»

El Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos de la Iglesia de Roma, el Cardenal Kasper propuso la redacción de un «catecismo ecuménico», en colaboración con varias confesiones protestantes, que recogería la parte de la fe que es común a estas confesiones y a la iglesia católica. Esta idea forma parte, según el Cardenal, de un «ecumenismo básico, que identifique, refuerce y profundice en el fundamento común» y permitirá que los logros del ecumenismo lleguen hasta los fieles.

Durante tres días se celebró en el Vaticano un encuentro ecuménico internacional con el título «Cosechando los frutos», que reunió a más de treinta prestigiosos teólogos católicos, luteranos, metodistas y reformados para tratar el tema del futuro del movimiento ecuménico. En un discurso como parte de esta reunión ecuménica, el Cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos desde hace casi nueve años, realizó unas sorprendentes declaraciones.

El Cardenal señaló, en referencia al encuentro, que los participantes habían afirmado su «fundamento común en Jesucristo y en la Santísima Trinidad, tal como se expresa en nuestro credo común y en la doctrina de los primeros Concilios ecuménicos» y que era «esencial mantener viva la memoria de nuestros logros» relativos al movimiento ecuménico. También manifestó su preocupación por la posibilidad de que el diálogo ecuménico se esté convirtiendo en un diálogo de «especialistas, alejado del pueblo» y propuso transformarlo en un «ecumenismo básico, que identifique, refuerce y profundice en el fundamento común».

EVITAR LAS DIFERENCIAS

Monseñor Kasper señaló las áreas en las que existen aún grandes diferencias entre los participantes del diálogo ecuménico, como la naturaleza de la Iglesia, el ministerio sacerdotal, la sucesión apostólica, el primado papal, la homosexualidad, el papel de la mujer en la Iglesia, etc. Indicó también que el Vaticano tiene que esforzarse por explicar mejor a otras confesiones la postura católica de que «la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo y que la Iglesia Católica es la verdadera Iglesia», a la vez que «existen muchos elementos importantes de la Iglesia de Cristo fuera de las fronteras visibles de la Iglesia Católica».

Del mismo modo, si bien existen «carencias en las otras iglesias», «en otro nivel también hay carencias o, mejor dicho, heridas procedentes de la división y heridas procedentes del pecado en la Iglesia Católica».

En este contexto, el Cardenal Kasper propuso una idea arriesgada y totalmente novedosa: la idea de un «catecismo ecuménico», como fruto de los cuarenta años de diálogo ecuménico. Parece ser que la idea había surgido previamente, en una reunión del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, que preside el Cardenal. Este catecismo se redactaría en colaboración con los miembros de otras confesiones cristianas, pero el Cardenal confesó que aún no tienen «ninguna idea sobre cómo se estructuraría y escribiría un catecismo así».

Como indicó en una entrevista para la Radio Vaticana, el Monseñor Kasper desea evitar que los documentos producidos por el diálogo ecuménico «cojan polvo en los estantes». La elaboración de un resumen, según el cardenal, puede permitir que dichos logros se «reciban en los cuerpos vivos de nuestras iglesias», «facilitando así el proceso de recepción».

Fuente


Comentario del Espíritu de Profecía.

La iglesia romana no ha renunciado a sus pretensiones a la supremacía; y cuando el mundo y las iglesias protestantes aceptan un día de descanso creado por ella, mientras rechazan el día de descanso de la Biblia, acatan en la práctica las tales pretensiones. Pueden apelar a la autoridad de la tradición y de los padres para apoyar el cambio; pero al hacerlo pasan por alto el principio mismo que los separa de Roma, es a saber, que "la Biblia, y la Biblia sola es la religión de los protestantes."(CS Pág. 501)

Con pasos rápidos nos aproximamos a este periodo. Cuando las iglesias protestantes se unan con el poder secular para sostener una falsa religión, a la cual se opusieron sus antepasados soportando la más terrible persecución, entonces el día de descanso papal será hecho obligatorio por la autoridad combinada de la iglesia y el estado. Habrá una apostasía nacional, que determinara tan solo la ruina nacional (Manuscrito 51, 1899). (El Evangelismo pág. 174)

Muchos consideran la gran diversidad de creencias en las iglesias protestantes como prueba terminante de que nunca se procurara asegurar una uniformidad forzada. Pero desde hace años se viene notando entre las iglesias protestantes un poderoso y creciente sentimiento en favor de una unión basada en puntos comunes de doctrina. Para asegurar tal unión, debe necesariamente evitarse toda discusión de asuntos en los cuales no todos están de acuerdo, por importantes que sean desde el punto de vista bíblico. (CS Pág. 498)


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