Tras un prolongado debate en el Congreso, Argentina se convirtió ayer en el primer país de América Latina en aprobar el matrimonio homosexual. De esta forma, las parejas del mismo sexo tendrán ahora los mismos derechos que una heterosexual. Podrán casarse y gozar de todas las prerrogativas derivadas de su unión, como la de adoptar o concebir mediante reproducción asistida, heredar, acceder a cobertura médica o cobrar pensiones por viudedad y licencias por nacimiento o matrimonio.
La norma fue aprobada ayer en el Senado con 33 votos a favor, 27 en contra y tres abstenciones, después de haber suscitado una gran polémica. La cúpula de la Iglesia católica y también muchos laicos se manifestaron airadamente contra la iniciativa que promueve la formación de familias, liderada precisamente por una pareja de personas del mismo sexo. Unas veinte mil personas se reunieron en Buenos Aires para expresar su rechazo frontal, pero resultó en balde. El matrimonio homosexual está legalizado en Bélgica, Canadá, España, Holanda, Noruega, Portugal, Sudáfrica y Suecia, así como en ciertos estados de EE UU y en México, donde sólo ha sido aprobado en la capital y en Coahuila.
En América Latina, en cambio, sólo ha prosperado de manera tímida la unión civil, una fórmula que otorga ciertos derechos a las parejas homosexuales, pero no todos los que custodia el matrimonio. En Colombia y Uruguay hay normas en ese sentido aunque en ningún caso se equiparan derechos. Mucho más rezagados están Brasil, Cuba, Chile, Ecuador, Perú, Venezuela y los países de Centroamérica, donde aún se discute si permitir, o no, la unión civil. Ante este panorama, y en un intento desesperado por frenar la nueva ley, senadores conservadores de Argentina promovieron la unión civil para todo el país como moneda de cambio, pero su propuesta tardía fue rechazada por una comunidad envalentonada a favor de la igualdad. «La creación de una institución aparte es una flagrante violación a los derechos humanos», sentenciaron 73 organizaciones humanitarias en una carta a los legisladores.
La campaña de estos colectivos -encabezados por la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales y la Comunidad Homosexual Argentina- caló hondo en la sociedad. Según las encuestas, en Buenos Aires, una amplia mayoría se inclinaba por aceptar la igualdad de derechos para parejas del mismo sexo, al tiempo que ninguno de los posibles candidatos a las elecciones presidenciales previstas para 2011 se declaró en contra.
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Recursos de amparo
La batalla había comenzado con la presentación de recursos de amparo ante la Justicia para exigir la autorización del matrimonio. Nueve parejas consiguieron aval judicial y se casaron colocando el asunto sobre el tapete. La justicia les reconocía el derecho en cada caso particular, pero la ley no lo contemplaba. En mayo, la cámara baja aprobó la iniciativa y en la madrugada de ayer, después de 14 horas de debate, los senadores dieron su aval definitivo. «El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de distinto sexo», señala la nueva ley de matrimonio civil.
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