La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, abrirá hoy la asamblea general de las Naciones Unidas, marcado por la situación en Palestina y por la amenaza de una recesión económica a nivel mundial.
Los países emergentes aprovecharán el cónclave para solicitar cambios en el orden internacional. Además, Rousseff pedirá formar parte permanente del consejo de seguridad.
Los principales dirigentes latinoamericanos van a aprovechar el escaparate de la ONU para tratar de defender su creciente influencia sobre la economía mundial y solicitar un nuevo orden internacional. Por eso durante la asamblea general harán una encendida defensa de un mayor multilateralismo en el ámbito político y económico. Según han avanzado diversas fuentes diplomáticas propondrán un cambio del modelo en el organismo. Precisamente el discurso de apertura será por vez primera en la historia a cargo de una mujer, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff. El liderazgo de Brasil como país emergente y su creciente influencia internacional serán utilizados por su diplomacia para solicitar formar parte del consejo de seguridad de la ONU como miembro permanente.
El cónclave mundial reúne a jefes de estado y de gobierno, así como ministros de los 193 países miembros de Naciones Unidas, y en paralelo se estima que tendrán lugar más de un millar de reuniones sobre asuntos internacionales y de interés bilateral. Entre ellas destaca una promovida por Brasil en la que analizará junto a los denominados BRICS, Rusia, India, China y Sudáfrica, la forma en la que pueden ayudar a la zona euro. Se espera que esta misma semana presenten una propuesta en firme para ofrecer ayuda a la UE en su lucha por superar la crisis de la deuda y las turbulencias en los mercados financieros. Por cierto que estos países han invertido ya en deuda emitida por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, según ha reconocido el propio ente.
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