Los neoeristas pueden reclamar que sus creencias derivan de las tradiciones religiosas y filosóficas, originalmente externas a la corriente occidental, como el ocultismo, hinduismo y budismo. La mayoría de los fenómenos mencionados en el epígrafe Temas Relacionados pueden rastrearse en prácticas menos comunes en Europa y Norteamérica durante las últimas centurias. Por ejemplo, la Sociedad Teosófica de mediados del siglo XIX, en la cual cabe destacar a Alice Bailey si nos referimos a este asunto, expuso muchos principios, cuyas raíces pueden ligarse con las ideas actuales de la Nueva Era:
- aproximaciones gnósticas a las materias espirituales.
- lecturas espirituales - canalización moderna
- clarividencia y televidencia moderna
- mesmerismo
- creencia en poderes curativos de ciertos metales y cristales
- utilización de la oración y la meditación como caminos hacia la iluminación
- yoga
A lo largo del tiempo ha cambiado el grado de aceptación en la sociedad de estos credos y prácticas.
En sus inicios, el movimiento de la Nueva Era emergió como una coalición desorganizada, resultado del movimiento contracultural antibélico de los años sesenta en Estados Unidos y Europa y la espiritualidad hippie. En consonancia con el estilo alternativo de vida de los sesenta, los neoeristas se sentían insatisfechos con las normas y creencias occidentales mayoritarias y ofrecieron nuevas interpretaciones de la ciencia, la historia y la religión judeo-cristiana.
Su vinculación con la rebelión juvenil puede ayudar a entender el enfoque de la Nueva Era, que enfatiza la elección individual en los asuntos religiosos; el papel de la intuición y la experiencia personal sobre la opinión de los expertos sancionada socialmente; y una definición de la realidad experimental, más que primariamente empírica.
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