Francisco I de Papa negro a Papa Blanco |
El mundo católico ha sucumbido ante el primer papa de la Compañía de Jesús.
Sin embargo, han salido expertos y vaticanistas develando la “doble” reputación que tiene la orden de origen vasco, basada en la obediencia absoluta al romano pontífice y la defensa de los más pobres.
Desde su fortalecimiento como orden evangelista, la figura de un "papa negro" surgió como un apodo descriptivo del presunto poder del “superior general” de los Jesuitas, que podía llegar a compararse con el del papa de Roma.
La Compañía de Jesús fue fundada por el exmilitar vasco y aristócrata, Ignacio de Loyola en 1539, orden masculina con preceptos de vocación misionera, pedagógica, cultural y científica. Descrita como un “ejército a la sombra” que en varios países del mundo influencia a la comunidad católica.
Aprobada por la Santa Sede durante el pontificado de Paulo III, comenzó a erigirse como un poder adepto al papa con mucho poder; tanto, que en 1773, la Compañía de Jesús fue suprimida por un edicto del papa Clemente XIV, pero, restituida en todo el mundo en 1814 por Pío VII.
"Ad maiorem Dei gloriam" (A la mayor gloria de Dios), es el lema de los Jesuitas, detallados como una orden casi militar, basada en la disciplina absoluta, que propone difundir la fe católica con misiones, enseñanza y ciencia.
La “compañía” manejó desde sus inicios los grandes centros de educación superior de Europa, prestaron sus servicios en zonas del mundo donde el catolicismo era prohibido, y son acusados de manejar la curia romana y el sistema bancario estadounidense.
Aunque el papa Francisco es jesuita, los mismos especialistas en el tema han coincidido en señalar que el arzobispo argentino, Jorge Bergoglio, fue elegido por sus capacidades y cualidades evangelistas, no porque su orden haya incidido en la elección, refiriéndose al hecho que el suramericano era el único de su orden presente en el cónclave.
La Compañía de Jesús rescató la filosofía de San Francisco Javier, “el rico que se hizo pobre entre los pobres”, de pobreza, castidad y obediencia, añadiendo la obediencia al papa. Sin embargo, han tenido varios episodios de persecución y expulsión de países como Paraguay, Portugal, Francia y de todos los dominios del Rey de España Carlos III en 1767.
Con presencia en 127 países, los jesuitas han sido siempre tildados de poseer un poder oscuro, que hoy con el ascenso del primer papa latinoamericano y jesuita, reviven especulaciones en torno a su obra en el mundo católico y en Roma.
Desde su fortalecimiento como orden evangelista, la figura de un "papa negro" surgió como un apodo descriptivo del presunto poder del “superior general” de los Jesuitas, que podía llegar a compararse con el del papa de Roma.
La Compañía de Jesús fue fundada por el exmilitar vasco y aristócrata, Ignacio de Loyola en 1539, orden masculina con preceptos de vocación misionera, pedagógica, cultural y científica. Descrita como un “ejército a la sombra” que en varios países del mundo influencia a la comunidad católica.
Aprobada por la Santa Sede durante el pontificado de Paulo III, comenzó a erigirse como un poder adepto al papa con mucho poder; tanto, que en 1773, la Compañía de Jesús fue suprimida por un edicto del papa Clemente XIV, pero, restituida en todo el mundo en 1814 por Pío VII.
"Ad maiorem Dei gloriam" (A la mayor gloria de Dios), es el lema de los Jesuitas, detallados como una orden casi militar, basada en la disciplina absoluta, que propone difundir la fe católica con misiones, enseñanza y ciencia.
La “compañía” manejó desde sus inicios los grandes centros de educación superior de Europa, prestaron sus servicios en zonas del mundo donde el catolicismo era prohibido, y son acusados de manejar la curia romana y el sistema bancario estadounidense.
Aunque el papa Francisco es jesuita, los mismos especialistas en el tema han coincidido en señalar que el arzobispo argentino, Jorge Bergoglio, fue elegido por sus capacidades y cualidades evangelistas, no porque su orden haya incidido en la elección, refiriéndose al hecho que el suramericano era el único de su orden presente en el cónclave.
La Compañía de Jesús rescató la filosofía de San Francisco Javier, “el rico que se hizo pobre entre los pobres”, de pobreza, castidad y obediencia, añadiendo la obediencia al papa. Sin embargo, han tenido varios episodios de persecución y expulsión de países como Paraguay, Portugal, Francia y de todos los dominios del Rey de España Carlos III en 1767.
Con presencia en 127 países, los jesuitas han sido siempre tildados de poseer un poder oscuro, que hoy con el ascenso del primer papa latinoamericano y jesuita, reviven especulaciones en torno a su obra en el mundo católico y en Roma.
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