SENADOR HATCH |
May 03, 2015 | Washington D.C., Estados Unidos | Bettina Krause
La libertad religiosa no puede darse por sentada. Ese fue el claro mensaje expresado por el senador Orrin Hatch, experimentado senador republicano del Senado de los Estados Unidos a un grupo de defensores de la libertad religiosa, embajadores y representantes del Congreso reunidos el 29 de abril para la XIII Cena Anual de Libertad Religiosa en Washinton D.C.
“Son tiempos preocupantes para la libertad religiosa, tanto aquí en los Estados Unidos como en el mundo”, dijo Hatch, senador durante siete períodos proveniente de Utah y orador principal de la velada. En un discurso que cubrió diversos temas, describió las fuerzas sociales, políticas y legales que están conformando la libertad religiosa, que una vez fue considerada inviolable, un derecho humano fundamental, pero que ahora es presentada como “tan solo uno” de los muchos derechos en pugna dentro de la sociedad.
Hatch también habló del reciente incremento de la violencia cometida por grupos tales como Boko Haram en Nigeria, y los aprietos de las minorías religiosas en lugares tales como Tayikistán, Irán, Arabia Saudita, China y muchos otros países.
El énfasis del mensaje de Hatch, sin embargo, se ocupó de temas más cercanos. Refiriéndose a una serie de fallos de la Corte Suprema y repasando acciones legislativas recientes, Hatch dijo que el tema de la libertad religiosa es cada vez más divisivo en la política y la sociedad estadounidenses. Recordó su experiencia veinte años antes, como uno de los patrocinadores clave de la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa 1993, una ley que buscaba fortalecer los derechos de libertad religiosa. En esa época, esta legislación generó un nivel casi sin precedentes de apoyo bipartidario en Washington. Pero hoy, dijo Hatch, una legislación similar sería casi imposible de aprobar.
El senador Hatch recibió una ovación de pie cuando afirmó: “La libertad religiosa es un derecho inalienable que no proviene del gobierno, sino del mismo Dios. Si ‘el precio de la libertad es la vigilancia eterna’, entonces no hay libertad que más merezca ese precio”.
Las palabras del senador Hatch fueron pronunciadas menos de doce años antes de la publicación de un nuevo informe de un consejo consultivo de los Estados Unidos que pintó un cuadro sombrío del estado de la libertad religiosa en el mundo. La Comisión Internacional de Libertad Religiosa de los Estados Unidos, conocido como USCIRF, dio a conocer su informe anual en la mañana posterior a la Cena de Libertad Religiosa. El informe documenta los abusos a la libertad religiosa en 33 países, revelando lo que denomina “una crisis humanitaria impulsada por olas de terror, intimidación y violencia”.
La Cena de Libertad Religiosa, llevada a cabo este año en el Hotel Intercontinental Willard, en el centro de Washington D.C., se ha convertido en una tradición para los grupos defensores de la libertad religiosa, representantes del gobierno y la comunidad diplomática. Está patrocinada conjuntamente por la revista Liberty, la Asociación Internacional de Libertad Religiosa, la Asociación Norteamericana de Libertad Religiosa, y la División Norteamericana de la Iglesia Adventista.
La cena de este año marcó la última vez en el que el doctor John Graz asistirá al evento como secretario general de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa. Graz planea jubilarse en los próximos meses. Durante el evento, varios oradores rindieron tribute a los muchos años en que Graz defendió con pasión y elocuencia la libertad religiosa. Durante los últimos quince años, ha sido al mismo tiempo secretario general de la IRLA, y director de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista mundial.
En un breve pero emotive mensaje, Graz dijo que creía que “mostrar que amamos y atesoramos la libertad religiosa es la mejor respuesta que podemos dar al fanatismo y la intolerancia religiosos”. Minutos después, Lincoln Steed, editor de Liberty, entregó por sorpresa una placa a Graz, donde se destacan muchos de sus logros y se lo reconoce como “campeón de la libertad religiosa en todo el mundo”.
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