Se unirán a la jornada de oración y ayuno grupos musulmanes, comunidades tribales, drusos, ismaelitas, y otros componentes de Siria.
El gran mufti de Siria, Ahmad Badreddin Hassou, líder espiritual del islam sunita en dicho país, se dijo profundamente tocado por el apelo que ayer hizo el papa por la paz en Siria antes de la oración del ángelus. Y expresó su deseo de estar presente en la plaza de San Pedro para la vigilia de oración por la paz en Siria, anunciada por el santo padre el sábado 7 de septiembre.
Como indicó la agencia Fides, un pedido fue enviado por le líder islámico al nuncio apostólico en Damasco. Mons. Mario Zenari, y en los próximos días se evaluará la posibilidad de concretizar este deseo. Mismo si por razones logísticas o de otro tipo esta eventualidad no se verificara, el mufti pidió a su comunidad en Damasco que “acepte el apelo hecho por el papa a todas las religiones, de rezar por la paz en Siria”. Los musulmanes sirios serán invitados a rezar por la paz simultáneamente con el papa, en las mezquitas de Damasco y en todo el territorio nacional.
Según el mufti, “todos se dan cuenta que el papa es un padre que tiene en su corazón el futuro del pueblo sirio, y que quiere proteger a toda la sociedad siria, en sus diversas componentes, para que no sea destruida por las divisiones religiosas o por los fanatismos”.
Como supo Fides de fuentes locales, grupos musulmanes, comunidades tribales, drusos, ismaelitas, y otros componentes de la sociedad de Siria se unirán en la oración.
(02 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.
Cuando terminó la fiesta del Ramadán El papa Francisco les envió un mensaje:
A los musulmanes del mundo entero:
Es para mí un gran placer daros mis felicitaciones con motivo de la celebración del ´Id al-Fitr, que concluye el mes del Ramadán, dedicado principalmente al ayuno, la oración y la limosna.
Se ha convertido en tradición que, en esta ocasión, el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso os envíe un mensaje de buena voluntad, acompañado de un tema propuesto a la común reflexión. Este año, el primero de mi Pontificado, decidí firmar yo mismo este tradicional mensaje y enviároslo, queridos amigos, como expresión de aprecio y amistad para todos los musulmanes, especialmente aquellos que son líderes religiosos.
Como todos sabéis, cuando los Cardenales me eligieron como Obispo de Roma y Pastor Universal de la Iglesia Católica, escogí el nombre de “Francisco”, un santo muy famoso, que amó profundamente a Dios y a todo ser humano, hasta el punto de ser llamado “hermano universal”. Amó, ayudó y sirvió a los necesitados, a los enfermos y a los pobres; también se preocupó mucho de la creación.
Soy consciente de que, en este período, las dimensiones familiar y social son especialmente importantes para los musulmanes, y vale la pena subrayar que hay ciertos paralelos en cada una de estas áreas con la fe y la práctica cristiana.
Este año, el tema sobre el que me gustaría reflexionar con vosotros y con todos los que lean este mensaje, y que afecta tanto a los musulmanes como a los cristianos, es la promoción del respeto mutuo a través de la educación.
El tema de este año quiere destacar la importancia de la educación en la forma en que nos comprendemos unos con otros, sobre la base del respeto mutuo. “Respeto” significa una actitud de amabilidad hacia las personas para las que nutrimos consideración y estima. “Mutuo” significa que no se trata de un proceso unidireccional, sino de algo que es compartido por ambas partes.
Lo que estamos llamados a respetar en cada persona es ante todo su vida, su integridad física, su dignidad y los derechos que de ella manan, su reputación, su propiedad, su identidad étnica y cultural, sus ideas y sus decisiones políticas. Por esto estamos llamados a pensar, hablar y escribir del otro en un modo respetuoso, no sólo en su presencia, sino siempre y en todas partes, evitando críticas injustas o la difamación. Para lograr esto, tienen un papel fundamental la familia, la escuela, la enseñanza religiosa y todo tipo de medios de comunicación social.
Si nos referimos ahora al respeto mutuo en las relaciones interreligiosas, especialmente entre cristianos y musulmanes, estamos llamados a respetar la religión del otro, sus enseñanzas, símbolos y valores. Un respeto especial se debe a los líderes religiosos y los lugares de culto. ¡Cuánto dolor causan los ataques a uno u otro de ellos!
Claramente, al mostrar respeto por la religión de los demás o manifestar los mejores deseos con motivo de una celebración religiosa, simplemente tratamos de compartir la alegría, sin referencia al contenido de sus creencias religiosas.
En cuanto a la educación de los jóvenes musulmanes y cristianos, debemos formar nuestros jóvenes a pensar y hablar de un modo respetuoso de otras religiones y de sus seguidores, evitando ponerlos en ridículo o denigrar sus creencias y prácticas.
Todos sabemos que el respeto mutuo es esencial en cualquier relación humana, sobre todo entre las personas que profesan una creencia religiosa. Es así como puede crecer una amistad sincera y duradera.
Al recibir al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el 22 de marzo de 2013, les dije: “No se pueden vivir auténticas relaciones con Dios ignorando a los demás. Por eso, es importante intensificar el diálogo entre las distintas religiones, pienso en primer lugar en el Islam, y he apreciado mucho la presencia, durante la Misa de inicio de mi ministerio, de tantas autoridades civiles y religiosas del mundo islámico”. Con estas palabras, quise subrayar una vez más la gran importancia del diálogo y de la cooperación entre los creyentes, sobre todo entre cristianos y musulmanes, así como la necesidad de fortalecerla.
Con estos sentimientos, renuevo mi esperanza de que todos los cristianos y musulmanes sean auténticos promotores del respeto mutuo y la amistad, especialmente a través de la educación.
Os expreso, por último, mis mejores deseos y oraciones para que vuestras vidas puedan glorificar al Altísimo y dar alegría a los que os circundan.
¡Feliz fiesta a todos vosotros!
Desde el Vaticano, 10 de julio de 2013
Francisco
Es para mí un gran placer daros mis felicitaciones con motivo de la celebración del ´Id al-Fitr, que concluye el mes del Ramadán, dedicado principalmente al ayuno, la oración y la limosna.
Se ha convertido en tradición que, en esta ocasión, el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso os envíe un mensaje de buena voluntad, acompañado de un tema propuesto a la común reflexión. Este año, el primero de mi Pontificado, decidí firmar yo mismo este tradicional mensaje y enviároslo, queridos amigos, como expresión de aprecio y amistad para todos los musulmanes, especialmente aquellos que son líderes religiosos.
Como todos sabéis, cuando los Cardenales me eligieron como Obispo de Roma y Pastor Universal de la Iglesia Católica, escogí el nombre de “Francisco”, un santo muy famoso, que amó profundamente a Dios y a todo ser humano, hasta el punto de ser llamado “hermano universal”. Amó, ayudó y sirvió a los necesitados, a los enfermos y a los pobres; también se preocupó mucho de la creación.
Soy consciente de que, en este período, las dimensiones familiar y social son especialmente importantes para los musulmanes, y vale la pena subrayar que hay ciertos paralelos en cada una de estas áreas con la fe y la práctica cristiana.
Este año, el tema sobre el que me gustaría reflexionar con vosotros y con todos los que lean este mensaje, y que afecta tanto a los musulmanes como a los cristianos, es la promoción del respeto mutuo a través de la educación.
El tema de este año quiere destacar la importancia de la educación en la forma en que nos comprendemos unos con otros, sobre la base del respeto mutuo. “Respeto” significa una actitud de amabilidad hacia las personas para las que nutrimos consideración y estima. “Mutuo” significa que no se trata de un proceso unidireccional, sino de algo que es compartido por ambas partes.
Lo que estamos llamados a respetar en cada persona es ante todo su vida, su integridad física, su dignidad y los derechos que de ella manan, su reputación, su propiedad, su identidad étnica y cultural, sus ideas y sus decisiones políticas. Por esto estamos llamados a pensar, hablar y escribir del otro en un modo respetuoso, no sólo en su presencia, sino siempre y en todas partes, evitando críticas injustas o la difamación. Para lograr esto, tienen un papel fundamental la familia, la escuela, la enseñanza religiosa y todo tipo de medios de comunicación social.
Si nos referimos ahora al respeto mutuo en las relaciones interreligiosas, especialmente entre cristianos y musulmanes, estamos llamados a respetar la religión del otro, sus enseñanzas, símbolos y valores. Un respeto especial se debe a los líderes religiosos y los lugares de culto. ¡Cuánto dolor causan los ataques a uno u otro de ellos!
Claramente, al mostrar respeto por la religión de los demás o manifestar los mejores deseos con motivo de una celebración religiosa, simplemente tratamos de compartir la alegría, sin referencia al contenido de sus creencias religiosas.
En cuanto a la educación de los jóvenes musulmanes y cristianos, debemos formar nuestros jóvenes a pensar y hablar de un modo respetuoso de otras religiones y de sus seguidores, evitando ponerlos en ridículo o denigrar sus creencias y prácticas.
Todos sabemos que el respeto mutuo es esencial en cualquier relación humana, sobre todo entre las personas que profesan una creencia religiosa. Es así como puede crecer una amistad sincera y duradera.
Al recibir al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el 22 de marzo de 2013, les dije: “No se pueden vivir auténticas relaciones con Dios ignorando a los demás. Por eso, es importante intensificar el diálogo entre las distintas religiones, pienso en primer lugar en el Islam, y he apreciado mucho la presencia, durante la Misa de inicio de mi ministerio, de tantas autoridades civiles y religiosas del mundo islámico”. Con estas palabras, quise subrayar una vez más la gran importancia del diálogo y de la cooperación entre los creyentes, sobre todo entre cristianos y musulmanes, así como la necesidad de fortalecerla.
Con estos sentimientos, renuevo mi esperanza de que todos los cristianos y musulmanes sean auténticos promotores del respeto mutuo y la amistad, especialmente a través de la educación.
Os expreso, por último, mis mejores deseos y oraciones para que vuestras vidas puedan glorificar al Altísimo y dar alegría a los que os circundan.
¡Feliz fiesta a todos vosotros!
Desde el Vaticano, 10 de julio de 2013
Francisco
Francisco y Las Religiones:
El nuevo papa podría convertirse en el sumo pontífice más comprometido con el dialogo interreligioso que se recuerde en tiempos recientes.
Lo más interesante del Papa Francisco tal vez no sea sólo el hecho de que es el primer papa latinoamericano, sino también que podría convertirse en el sumo pontífice más comprometido con el dialogo interreligioso que se recuerde en tiempos recientes.
Acabo de leer su libro Sobre el cielo y la tierra, que publicó en 2010 junto con el rabino argentino Abraham Skorka, y me impresinó la vocación del nuevo papa por mejorar las relaciones con otros credos.
A la luz de lo que dice el entonces cardenal Jorge Bergoglio en el libro de 222 paginas, que fue publicado en Argentina y ahora probablemente se convierta en un bestseller mundial, no resulta sorprendente que durante su discurso inaugural en el Vaticano el martes hubiera tantas referencias a miembros de otras religiones.
En su primer sermón como Papa en la Plaza de San Pedro, Francisco agradeció la presencia de los dignatarios de la Iglesia Católica Romana,de los representantes de la comunidad judía y de otros grupos religiosos, y de los jefes de Estado y de gobierno, en ese orden.
En comparación, no hubo referencia alguna a miembros de otras religiones en el sermón inaugural del papa Benedicto XVI el 24 de abril de 2005. (Aunque, para ser justo, hay que decir que el Vaticano empezó a mejorar gradualmente sus vínculos con otras religiones durante los papados de Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI.)
Entre las 150.000 personas que se congregaron en la plaza para la asunción de Francisco se contaban grupos de la iglesia cristiana ortodoxa -—incluyendo a su líder Bartolomé I, el primer patriarca de esa iglesia que asiste a una asunción papal en casi 1.000 años--, así como muchos rabinos, imanes y pastores evangélicos.
En su libro, un diálogo con Skorka acerca de religión, el holocausto, la política y varios otros temas, Bergoglio recuerda con orgullo sus iniciativas para construir puentes con otros líderes religiosos durante sus años como Arzobispo de Buenos Aires.
Además de ser huésped frecuente en las sinagogas judías y de invitar a rabinos a las misas católicas, de conducir un programa con Skorka en un canal de la iglesia y de participar en ceremonias en memoria de las víctimas del holocausto, Bergoglio cambió el protocolo en las ceremonias oficiales de Te Deum, con el objeto de reconocer la presencia de líderes de otras religiones.
En Argentina, un país constitucionalmente católico apostólico romano donde usualmente los presidentes asisten a un Te Deum los días de fiesta nacional, era tradición que el Arzobispo de Buenos Aires escoltara al presidente a la salida de la iglesia después de la ceremonia.
“Todos ustedes, los religiosos de los demás credos, quedaban solos en un sitio, eran como muñecos de exposición. Cambió esa tradición: ahora el presidente sube y saluda a todos los representantes de los credo”, le dice Bergoglio al rabino en el libro.
Bergoglio también fue un invitado frecuente de las misas cristianas evangélicas, y de las ceremonias religiosas islámicas.
En el libro, Bergoglio recuerda haber sido criticado por algunos miembros de su propia iglesia por haberse arrodillado delante de 7.000 asistentes a una misa evangélica oficiada en el estadio Luna Park de Buenos Aires. Días más tarde, una revista tituló que el Arzobispo de Buenos Aires había traicionado a su Iglesia.
“Para ellos, rezar con otros era un acto de apostasía”, recuerda Bergoglio, refiriéndose a los autores del artículo. “Cada cual reza según su tradición. ¿Cuál es el problema?”.
Explicando las razones de su vocación por mejorar los lazos con otras religiones, Bergoglio explica que él cree en el dialogo, y que el diálogo implica “que el otro tiene algo bueno para decir”.
En otra parte del libro, Bergoglio explica que la globalización no debe ser como una bola de billar, con una superficie uniforme, sino que debe tener “la figura de un poliedro, donde todos se integran, pero cada cual mantiene su peculiaridad que, a su vez, va enriqueciendo a las otras”.
Mi opinión: Sería fantástico que Francisco aplicara la misma apertura a problemas tales como la sexualidad, los preservativos -—está en contra de ellos, incluso en el contexto de luchar contra el sida—, y otros problemas sociales.
Pero en un mundo en el que la religión ha sido causa de tantas guerras —y lo sigue siendo— el diálogo interreligioso que practicó Francisco en Argentina es una buena noticia. A diferencia de sus más recientes predecesores, Francisco se crió en un ambiente de convivencia entre varias religiones. El dialogo interreligioso para él no es solo un ejercicio intelectual, sino vivencial.
Ahora veamos algo de historia para recordar al Catolicismo del pasado:
Hablamos de la Reforma, pero usualmente con este término nos referimos a la Reforma Protestante, aún así, el término Reforma puede incluir tanto el movimiento protestante como la reforma interna de la Iglesia Católica. Aproximadamente hace cien años, los esfuerzos católicos por la reforma de la Iglesia fueron llamados la “Contrarreforma”, pero algunos estudiosos objetaron el término basados en la explicación que se reducía la reforma Católica a una mera respuesta al Protestantismo, muchos especialistas argumentaron que el siglo XVI fue una época de varios esfuerzos reformadores, siendo el Protestantismo sólo uno de ellos, hubieron, esfuerzos católicos que significaron más que responder al Protestantismo y cortar su criticismo.
Es necesario decir que la cuestión de la terminología no ha sido oficialmente establecida por los especialistas, ya que es difícil establecer algo oficialmente entre los académicos. La Reforma Católica es probablemente la expresión dominante, aunque la Contrarreforma persiste en algunos círculos; se utiliza la siguiente pauta para usar uno u otro término: para los aspectos en que la reforma Católica no fue una respuesta directa al Protestantismo, se usa el término Reforma Católica; pero si tales reformas fueron en respuesta directa entonces se usa el término Contrarreforma. Es simple, pero no siempre ayuda, ya que no es claro en todos los casos el sentido de las reformas.
En cualquier caso, el punto es lo que se hizo en la Reforma Católica o Contrarreforma y no cómo le llamamos. Y, ¿que se hizo?, por un lado, restringió el impacto perjudicial de la Reforma Protestante, limitando el alcance de aquellas cosas que necesitaban reformarse y limitando el alcance de los asuntos en que los protestantes podían influir en una dirección no-católica. Incluso por encima los deficientes papas renacentistas, los santos católicos emergieron, llamando a los católicos al arrepentimiento y conformando para ellos una vida de santidad, sin ellos, las cosas hubiesen sido peores. Por otro lado, la Reforma Católica asistió a la Iglesia en recuperar mucho de lo que se había perdido por los éxitos iniciales de la Reforma Protestante.
¿Quiénes fueron los personajes destacados de la Reforma Católica? Ya hemos mencionado algunos, como San Pío V y San Carlos Borromeo, los mártires Tomás Moro y Juan Fisher contribuyeron en el principio de la Reforma Católica; San Ignacio de Loyola y sus Jesuitas fueron grandes instrumentos de la renovación Católica así como los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, una obra concisa pero espiritualmente potente; los místicos y gigantes espirituales españoles como Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, así como San Felipe Neri, San Pedro Canisio y San Francisco de Sales, cuyo trabajo apostólico penetro profundamente en los laicos católicos.
Estos santos, cambiaron las instituciones de la Iglesia y la sociedad, pero su trabajo verdadero fue la transformación de los corazones y las mentes, llamando a las personas a volver a Dios, a unirse con Jesucristo y vivir conforme al Evangelio en su vida diaria, Se ha dicho que la cristiandad medieval era monástica y que negaba al mundo, casi en un sentido maniqueo, lo que se puede decir en descargo a tal acusación es que, no es del todo precisa, pues la cristiandad de la Edad Media creó una cultura cristiana tanto dentro de los monasterios como fuera de ellos, es, por lo tanto, una falsa acusación a la Reforma Católica. Ningún aspecto de la vida diaria, ya sea de los clérigos o los laicos, era ajena a la revolución espiritual de la Reforma Católica, consecuentemente, mientras la división de Europa en católicos y protestantes se había consumado por el tiempo de la Reforma Católica, la vitalidad espiritual de renovación católica ganó mucha gente de vuelta a la completa comunión con la Iglesia Católica.
Pero su trabajo verdadero fué la transformación de los corazónes y las mentes, llamando a las personas a volver a Dios, a unirse con Jesucristo a vivir conforme al Evangelio en su vida diaria.
Cabe resaltar éste párrafo porque son los mismos mensajes para Evangelizar al mundo con el nuevo instrumento de la renovación Católica Papa Jesuíta Francisco.
Amigo volvemos a la época de la Contra Reforma con los mismos instrumentos.
Maranata El Señor Viene!
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